Dos cursos de implementación del Komtü en la escuela El Turó
El Programa Komtü comenzó siendo una hoja en blanco sobre la mesa y con mil ideas en la cabeza sobre cómo mejorar el bienestar emocional de los niños y niñas de las escuelas.
Estas ideas, poco a poco se fueron materializando en el proyecto que ha acabado siendo, algo que sólo nos puede hacer estar muy orgullosos y orgullosas de lo que hemos conseguido. Y lo decimos los y las integrantes del equipo desde la humildad más profunda porque para llegar a consolidar el proyecto, hemos trabajado muchas horas y no sólo nosotros, sino muchas personas de todos los ámbitos (técnico, logístico, comunicativo…), cada uno y una poniendo su granito (o montaña) de arena para construir un proyecto ilusionante y muy estimulante.
Cuando se transmite un proyecto con ilusión, quien lo recibe se impregna de ella, siendo este el retorno que hemos recibido de la escuela El Turó de Moncada y Reixach, el primer centro escolar donde se ha aterrizado el proyecto después de crearlo.
El Turó es una escuela que quiere a sus niños y niñas, y que busca la mejora en su acompañamiento emocional para que puedan llevar a cabo un aprendizaje significativo. Viven el viaje Komtü como una oportunidad para seguir evolucionando a este nivel.
Y esta oportunidad se ha traducido en una alta implicación del claustro en todo lo que el proyecto ha podido aportar. Ha habido una alta participación en las formaciones y espacios de debate sobre la práctica diaria en el aula, en las transformaciones sobre acompañamiento emocional del alumnado que podían captar como necesarias después de estas reflexiones formativas. Como técnicos del programa hemos podido ver cómo se iban interiorizando los contenidos formativos que permitían una mayor conciencia de cómo mejorar la relación con los niños y niñas, a nivel individual y grupal, teniendo este nuevo encaje una repercusión positiva en la relación con las familias.
Y a pesar del confinamiento de 4 meses, de marzo a junio de 2020, nos pudimos readaptar y seguir dando herramientas al profesorado en los encuentros online, encuentros formativos, de cuidado para la situación que vivíamos y de asesoramiento de aquellos casos de niños y niñas que podían preocupar más al claustro. Y este curso, a pesar de las mascarillas y los grupos burbuja, el proyecto ha continuado a buen ritmo, con la misma sinergia que del primer año, ajustando aquellas acciones a que el proyecto tuviera más impacto, sobre todo nuestra presencia en el aula para acompañar, reorientar estrategias con el grupo, con niños y niñas concretos, que permiten un mayor bienestar.
La situación anómala de la pandemia ha dificultado la llegada del proyecto a las familias, a quien también dirige el Programa Komtü. Los padres y madres son indispensables en el cuidado y bienestar emocional de los niños y por lo tanto, el proyecto contempla llevar a cabo acciones para ayudarles a mejorar el acompañamiento con sus hijos. La forma de llegar es con espacios grupales (y también individuales) donde compartir qué tipo de parentalidad realizan, ofreciendo desde el Komtü nuevas posibilidades de acompañar a los hijos e hijas que generen mayor bienestar.
Para el programa, el sistema escuela y el sistema familia son indispensables que estén cohesionados, generar una mirada conjunta y compartida de cómo estar en relación con el niño, llevando a cabo acciones que nos lleven a esta cohesión.
El COVID-19 ha limitado la llegada a las familias y nos ha hecho reinventarnos. Hemos creado y enviado vídeos e infografías sobre parentalidad, y ofrecido propuestas al claustro para «entrar» en las casas de los niños y niñas. Todas estas nuevas formas de interacción nos han acercado a las familias. El retorno que nos han hecho es que toda la información que les hemos hecho llegar les ha parecido útil. Deseamos que en el curso 2021-22 podamos hacerlo cara a cara, si el virus nos lo permite.
También hay aspectos a mejorar del proyecto, como no podría ser de otra manera. Nosotros mismos/as hacemos autocrítica constructiva. También hemos pedido a la escuela que nos ayude en este aspecto. El Komtü es un proyecto vivo que busca el análisis y mejora continua. Y en este nivel, también ha sido muy constructivo el feedback que hemos ido recibiendo, desde todos los ámbitos.
Me gustaría terminar este artículo sobre la vivencia de la implementación del proyecto Komtü, de sus dos primeros años, con una metáfora. El cohete Komtü despegó desde la Fundación Nous Cims y su primera parada ha sido la escuela El Turó. Allí ha podido soltar ideas y propuestas de acompañamiento al alumnado, con una muy buena acogida. Han gustado y motivado a los profesionales y las familias, porque han sido transmitidas con respeto, sin imposición, desde la experiencia de todos y todas. Estar dos días a la semana en la escuela permite esta transmisión de propuestas sin presión y revisar cómo se llevan a cabo. Seguiremos un año más en El Turó, pero este curso 2020-21, hay tres cohetes más en tres escuelas nuevas, donde también hemos podido aterrizar de la misma forma, con aceptación y ganas de mejorar el acompañamiento del alumnado.
Esperamos no parar de aterrizar cohetes en muchas más escuelas. Los niños y niñas se merecen todo el apoyo y acompañamiento que les podamos dar. El objetivo de nuestro proyecto es ayudar a los adultos del futuro a tener una infancia lo más plena posible.
Un artículo de:
Carles Bosch.
Psicólogo y terapeuta familiar. Técnico del Programa Komtü.
10 libros para trabajar las emociones con niños y niñas
Cualquier lectura, si es de calidad, puede ser de ayuda para trabajar las emociones con los niños y niñas. De hecho, un buen libro siempre planteará situaciones con las que los niños se pueden identificar, conectar sentimientos y permitir una mirada interior a partir de la historia de un personaje.
Entre tantos títulos para elegir, el equipo del programa Komtü ha seleccionado algunas lecturas que nos ayudarán a hacer refuerzo positivo y transmitir valores:
El Punto, de Peter H. Reynolds
Una historia sobre el espíritu creativo que tenemos todos y todas en nuestro interior. Vashti dice que no sabe dibujar, pero la maestra no está de acuerdo. «Haz lo primero que te salga, a ver qué pasa». Y le demuestra que todo el mundo tiene una manera de expresar, un punto de creatividad.

La Mireia está muy enfadada, de Gemma Turmo
La protagonista de la historia se ha levantado de «mal humor»: todo le parece mal y lo demuestra con su madre. El hada Chic está a su lado para guiarla con la rabia que siente y en su viaje desde la expresión y la identificación de la emoción, hasta la búsqueda de una solución que aumenta su bienestar.

El hilo invisible, de Míriam Tirado
Un cuento sobre los vínculos que nos unen con los que más queremos, y sobre cómo las cosas más importantes son aquellas que no se ven.

7 hábitos de los niños felices, de Sean Covey
Mediante personajes entrañables e historias muy entretenidas, este libro enseña a los niños los valores y principios perdurables, desde asumir la responsabilidad de la propia vida hasta comprender la importancia del equilibrio personal, la visión de futuro, el respeto o el trabajo en equipo.

La cola de dragón, de Mireia Canals
Un libro sobre la rabia: cuando su madre no le da lo que quiere, Xavier se enfada tanto que se pone rojo y le crece una cola de dragón. En el momento más inesperado, nuestro protagonista tendrá que hacer frente a sus actos y aprenderá a gestionar sus emociones más impulsivas y agresivas.

El huerto de la vida, de Cristina Gutiérrez Lestón
Un cuento que ayuda a entender, a grandes y pequeños, la importancia de lo que practicamos cada día, ya que finalmente somos lo que hacemos. Con la ayuda de la metáfora de un huerto, los niños serán conscientes de lo que están regando en su día a día: ¿será miedo, tristeza, rabia, o bien abrazos, optimismo y entusiasmo?

Yo voy conmigo, de Raquel Díaz Reguera
Una historia de amor con uno mismo. Este libro es una invitación a quererse y no renunciar a lo que nos hace únicos.

El talismán de Luna, de Maryorie Dantagnan y Jorge Barudy
A la Luna le gusta mucho jugar y divertirse, pero le ha pasado algo terrible… Este es un cuento para trabajar el trauma, como un duelo, escrito por autores expertos sobre el tema. Se orienta a desarrollar estrategias de resiliencia en los niños.

Sara y Pelanas, de Jan Birck
Un libro precioso sobre la amistad, la imaginación y las oportunidades que nos da la vida de ser felices con poco. Una historia optimista y divertida sobre la dificultad de los cambios, el rechazo hacia lo desconocido y el valor de la amistad que hace sonreír de verdad.

Mis vecinos piratas, de Jonny Duddle
Una historia diferente sobre piratas con ilustraciones espectaculares, que hace reflexionar sobre las primeras impresiones y que todo no es lo que parece. Enseña a los más pequeños a ser tolerantes con los demás.

LÍMITES. CON EL AMOR NO BASTA.
Como adultos, acompañamos a los niños en su desarrollo personal y trayecto vital. En este camino, podemos ir tejiendo una mochila llena de recursos y herramientas que les permitan ser personas libres, responsables y que sepan convivir en sociedad. Deseamos asegurarnos que podrán caminar solos por los caminos que elijan y con una mochila repleta de estrategias ante los imprevistos del camino.
Cualquier persona que esté educando, sabrá que educar requiere atención, dedicación e inevitablemente el establecimiento de unos límites. Pero… ¿Cómo me siento cuando aplico un límite? Partimos de la base que educar es un acto de relación, y no hay una única manera de hacerlo.
¿Y si tomo conciencia de la emoción que provoca en el otro la definición de mi límite? Sí, claro que desencadeno una emoción en el otro. A nadie le gusta que le den órdenes. ¿Alguien ha visto algún niño saltando de alegría cuando sus cuidadores le han dicho que tienen que marcharse del parque porque es hora de ir a bañarse y cenar?
Es bastante improbable que en una situación en la que nos encontramos contenidos, limitados, donde nuestros deseos se restrinjan, agradezcamos inmediatamente al otro su acción. Más bien, cuando hago evidente el límite, la otra persona se puede frustrar, enfadarse o rebelarse con nosotros, y entonces… para tratar de compensar nuestro malestar, podemos desplegar nuestro abanico de las mil explicaciones lógicas, razonadas y beneficiosas para el otro. ¿Qué haré con su frustración? ¿Negar que existe para no sentirme mal yo?… ¿permitir que la exprese? ¿Cómo hago para darle cabida a esta emoción pero al mismo tiempo mantener el límite que considero imprescindible en esta situación?
Démonos la oportunidad de romper con la culpa y el miedo a equivocarnos. Todos y todas lo hacemos a diario, es por eso que vale la pena reflexionar sobre nuestra manera de hacer. Sólo así podremos enseñar, a nuestros hijos e hijas y/o alumnado, que el error se permite, y se convierte en una oportunidad para aprender y crecer.
Habrá pues, encontrar maneras de acompañar para que los niños puedan sentir que cuando indicamos que hay que hacer algo, sea porque tiene una razón de ser, nos dirigimos a ellos con consideración, y respetamos sus necesidades y preferencias.
Os invito a hacer un ejercicio personal: cerrad los ojos y recordad como os definieron los límites vuestros padres o cuidadores principales. ¿Y vuestros maestros? Y ahora, me pregunto: ¿Qué emociones me genera mirarlo? ¿Qué fue más o menos útil?
Volvemos a la actualidad. Situémonos en el aquí y el ahora: pensamos en como la «mochila» de cada uno puede afectar a los niños con los que nos relacionamos.
Por un lado, si pongo límites en exceso, la criatura perderá la capacidad de experimentar, explorar y perderá oportunidades de aprendizaje. Seguramente lo hago porque necesito sentir el control de la situación, y la estaré guiando hacia la obediencia sin crítica posible.
Por otro lado, si renuncio a poner límites, estaría evitando actuar ante un conflicto, favoreciendo de este modo que el niño o la niña le cueste tolerar la frustración y, a menudo, muestre mucha impulsividad.
En ambos casos, el niño se sentiría muy confundido. ¿Podré sostener y acompañar la emoción que se genera en la criatura ante mi actuación?
En resumen, podríamos pensar en cómo poner límites de forma ecuánime y equilibrada, entendiendo que los límites ayudan a entender el mundo y son un acto de amor. El niño que pueda sentir y asumir que todo lo que quiere no es posible, sabrá buscar alternativas, y si conviene, sabrá ceder. Por lo tanto, tendrá más empatía con los demás, más habilidades relacionales y más capacidad de negociar y construir pactos.
No es necesario que defina muchos límites, sólo será necesario que sean claros y objetivos, anticipando las consecuencias sobre si se cumplen o no. Conectamos con lo que sentimos que es coherente con las normas y los valores compartidos en el seno de la propia familia y/o en la escuela, y transmitimos un aprendizaje en positivo, de aquellas conductas que realmente les sean útiles y adaptativas en este entorno . Una buena manera sería decir qué hacer, en vez de que no se debe hacer. Así: «Necesito que hables más flojito» (en lugar de «No grites tanto»). Unos serán negociables (como elegir hacer una actividad antes que otra) y otros innegociables (como agredir a alguien), pero lo importante es que los niños se sientan escuchados, reconocidos, y que realmente, seamos su ejemplo a través de nuestros propios actos.
Un artículo de:
Rebeca López.
Psicóloga y terapeuta familiar. Técnica del Programa Komtü.
Referencias bibliográficas
- Herrero, J. Libertad, límites y responsabilidad. Disponible online (consulta: enero 2021)
- Castellví, A. Educar Sense Cridar: Acompanyant els fills d’entre quatre i dotze anys en el camí cap a l’autonomia (2016).
Neurociencia para dummies
Desde hace unos años, en el ámbito educativo hay una palabra que cada vez coge más fuerza, y se termina colando en nuestro vocabulario aunque a veces no sepamos exactamente cuáles son las tesis que propugna.
Este artículo quiere ser una aproximación, breve y comprensible, de aquellos conceptos de neurociencia que complementan la educación, tanto a nivel escolar, como de educación no formal, como incluido en casa, en nuestro rol de padres y madres.
Así que, ¿a qué nos referimos cuándo hablamos de Neurociencia aplicada a la educación? Hace referencia al funcionamiento del cerebro y su relación con el ámbito educativo y su influencia en los aprendizajes de la persona.
10 tips para acercarse a la neurociencia:
- ¿Cómo funciona el cerebro? Según Paul McLean, el cerebro humano está formado por tres cerebros: el reptiliano (cerebro de los instintos, el más primitivo), el sistema límbico (cerebro de las emociones) -ambos formarían el cerebro emocional inconsciente- y el neocórtex (cerebro racional consciente). Cada parte se encarga de analizar la información que nos llega. Pero… el primer «cerebro» que capta la información es el reptiliano, después el límbico, y al final, y muuuucho más tarde, lo capta e interpreta el neocórtex. ¿Qué significa esto? Que primero sentimos, y después pensamos.
- ¡¡¡¡Alerta!!!! ¡¡¡¡Peligro!!!! lo primero que hacemos los mamíferos ante una amenaza es buscar activar MECANISMOS DE DEFENSA, como el apoyo y la protección de los demás. Pero si el peligro persiste y la amenaza es más grave, nuestro cerebro activa mecanismos de lucha o huida. Si esto falla, si no podemos escapar del peligro, el sistema nervioso pone en marcha la congelación, que consiste en desconectar completamente el cuerpo y entrar en una especie de parálisis o colapso.
- ¿Aún estoy a tiempo de aprender inglés? La PLASTICIDAD NEURONAL es la capacidad que tiene el cerebro para reorganizarse, modificarse y adaptarse durante toda la vida. La neurociencia aplicada a la educación está basada en esta plasticidad cerebral, es decir, en la capacidad que tiene el cerebro para cambiar y adaptarse a nuevos estímulos. Esto significa que podemos aprender a lo largo de toda la vida? Si, podemos. De adultos costará algo más que a un niño, pero es del todo posible.
- Mira cómo lo hago: Las NEURONAS ESPEJO permiten que el cerebro se active y aprenda cuando realiza una acción o cuando observa a otro hacerla. Por lo tanto, los niños aprenden lo que ven hacer a los adultos. Esto ya lo sabíamos, pero aquí tenemos la explicación científica.
- Diviértete aprendiendo: APRENDIZAJE Y EMOCIÓN están correlacionadas y se interioriza más fácilmente la información que se vincula a sensaciones y sentimientos que producen placer. Decían: «La letra con sangre entra». Qué equivocados estaban… Si los niños se divierten aprendiendo, conseguiremos mucho mejores resultados académicos.
- Si quieres que el niño aprenda, déjalo que se distraiga. Permitir un cambio de actividad, descanso y/o distracción, garantiza que el cerebro, que sigue activo, interiorice lo que ha aprendido con atención plena. Sin estos espacios de «desconexión», la red neuronal no puede conectarse y favorecer el aprendizaje.
- ¡¡¡A dormir!!!: se requiere TIEMPO porque se registren y se asientan los APRENDIZAJES. Es en el descanso nocturno, cuando dormimos, el momento en que el cerebro muestra su máxima actividad, ya que es cuando consolida lo aprendido. Este es uno de los motivos por los que es tan importante que los niños tengan una buena rutina de sueño, con las horas suficientes.
- El cerebro que está en activo es un cerebro que aprende: EL EJERCICIO FÍSICO, LA PRÁCTICA DE DISCIPLINAS ARTÍSTICAS Y EL CONTACTO CON LA NATURALEZA puede modificar el entorno químico y neurológico favoreciendo el aprendizaje. También es interesante desarrollar actividades que permitan al alumno moverse mientras aprende.
- Dame besos!! Diferentes estudios han demostrado la importancia del CONTACTO FÍSICO del bebé y del niño por parte de sus cuidadores. Aquellos niños que han sido privados de contacto físico amoroso, son más vulnerables a déficits cognitivos y trastornos del aprendizaje.
- ¡Mis amigos son lo mejor del mundo! Aprendemos más y mejor en INTERACCIÓN Y COOPERACIÓN SOCIAL, el cerebro está diseñado para vivir y convivir en sociedad. Una de las consecuencias del confinamiento fue el descenso generalizado de la motivación, y por tanto del rendimiento escolar, entre otras cosas al haber privado a los niños de la posibilidad de relacionarse con sus iguales.
En resumen, la neurociencia da pistas al ámbito educativo sobre cómo maximizar los aprendizajes con menos esfuerzo y más disfrute, porque, como dice el neurocientífico Francisco Mora, SÓLO SE PUEDE APRENDER A TRAVÉS DE LA ALEGRÍA!
Un artículo de:
Irene de Luis Suárez de Deza.
Psicóloga y terapeuta familiar. Técnica del Programa Komtü.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
- Blackesmore, S.; Frith, U. Cómo aprende el cerebro: las claves para la educación. Barcelona: Ariel (2005).
- Bueno, D. Neurociència per a educadors. Barcelona: Associació de Mestres Rosa Sensat (2017)
- Carballo, A.; Portero, M. 10 ideas clave. Neurociencia y educación: aportaciones para el aula. Barcelona: Graó (2018).
- Carballo, A.; Portero, M. Neuroeducació: aportacions de la neurociència als plantejaments educatius. Revista Catalana de Pedagogia volum 11, 2017, (17-55)
Educar a los niños en el uso de nuevas tecnologías
Los niños y niñas nacidos en los últimos años han llegado a un mundo digitalizado. Nuestras vidas están rodeadas de tecnología y esto ha hecho indispensable la necesidad de conocer las posibilidades y peligros de esta. Las familias y los educadores tenemos el reto y la responsabilidad de educar a los niños y niñas sobre nuevas tecnologías para que tengan un crecimiento saludable. A pesar de la dificultad y complejidad de esta tarea debido a la falta de referencias, tenemos que intentar hacer uso del sentido común.
El establecimiento de normas es una de las maneras más recomendadas para educar a los niños. Estas normas deben ir acompañadas del ejemplo de las personas adultas para ser coherentes. A través de las normas, los niños y niñas adquieren hábitos en relación al buen uso de las tecnologías, y conocen las oportunidades y riesgos que puede conllevar.
Fomentar el uso de Internet de forma segura
Internet se ha convertido en un medio esencial para relacionarnos con nuestra familia y nuestro entorno social, pero también en una potente herramienta educativa. Es el principal medio a través del cual nos comunicamos y un espacio donde podemos encontrar todo tipo de información, tanto la adecuada y contrastada, como la no adecuada.
Es normal sentirse preocupado en relación al uso que hacen de Internet nuestros hijos y la información a la que pueden tener acceso. No es recomendable ni positivo tener una actitud excesivamente restrictiva. Todo lo contrario, se recomienda fomentar su uso pero de una manera responsable y segura.
Consejos para educar en el uso responsable de la tecnología
- Facilitar dispositivos electrónicos adecuados a la edad y necesidades del niño o niña.
- Estar informado y saber utilizar las nuevas tecnologías. Imprescindible para poder hacer un uso compartido de los dispositivos y aprender juntos.
- Establecer normas de uso claras que fomenten un uso responsable. Por ejemplo, fijar un tiempo de conexión diario en equilibrio con el tiempo de no conexión.
- Hablar sobre los aspectos positivos y los posibles peligros de la tecnología. Ayuda la comunicación por parte de los menores en caso de que les suceda algo a Ia red.
- Fomentar el uso de dispositivos en espacios comunes. Facilita poder estar alerta ante posibles actitudes o síntomas adicción.
- Ayudar a tener ojo crítico en relación a la información que encontramos en la red. Enseñar que no todo es cierto y que no todas las fuentes de información son fiables.
- Educar en la privacidad personal y la de los demás, así como concienciar sobre la necesidad del respeto a las redes sociales.
- Establecer filtros de control de acceso a la red para bloquear contenido inapropiado (violento, para adultos, xenófobo, etc.)
- Ser coherente con las normas establecidas y dar ejemplo en el uso responsable de la tecnología.
De los 4 a los 12 años es imprescindible guiar a los niños en sus primeros pasos utilizando dispositivos tecnológicos y acompañar en el uso responsable de los mismos. También es importante conocer sus claves de acceso y enseñar a establecer contraseñas seguras, así como explicar la necesidad de no descargar ningún contenido sin permiso.
Mejorar la relación maestro-alumno gracias a la escucha activa
El desarrollo del primer contacto entre dos personas es determinante para la receptividad que tendrán en futuros encuentros. Uno de los aspectos más importantes para una primera interacción de calidad es la escucha activa.
Varios estudios sobre educación han llegado a la conclusión de que las personas adultas hablan más de lo que escuchan a los niños y niñas. Para construir una relación maestro-alumno de calidad y favorecer su acompañamiento emocional, es necesario escuchar bien.
La escucha activa es extrapolable durante todo el acompañamiento del niño, pero es imprescindible que sea desde un inicio de la relación, cuando se empieza a construir el vínculo afectivo entre adulto/a y niño/a.
¿Qué entendemos por escucha activa?
Escuchar activamente es mucho más que dejar de hablar. Escuchar bien no es adoptar una actitud pasiva, sino que significa:
- Dar espacio para la expresión de niños y niñas.
- Tener paciencia, no juzgar y dejar de lado los prejuicios.
- Eliminar posibles distracciones.
- Estar presente y prestar atención a la persona que nos habla.
- Mostrar interés real por lo que nos comunican.
- Interactuar adecuadamente, haciendo saber que escuchamos y entendemos el mensaje, así como hacer preguntas abiertas.
- Transmitir feedback sobre el mensaje a través de la mirada y el lenguaje no verbal.
Beneficios de escuchar bien
Escuchar activamente cuando interactuamos con niños favorece una relación positiva, que se abran e interaccionen. Algunos de los beneficios que puede aportar son:
- Transmitir confianza y respeto.
- Propiciar una comunicación abierta y honesta.
- Hacer sentir valorada a la persona con la que hablamos.
- Tranquilizar y eliminar posibles tensiones.
- Detectar y analizar problemas con más facilidad.
Recursos para profundizar más
- Els quatre pilars de l’escolta activa (Edubarometre – Fundació Jaume Bofill)
- L’escolta activa (Blog Educat)
- Estratègies per potenciar la comunicació dins l’aula (Nati Bergadà)
- Escucha activa: elemento clave de la comunicación (EDUforics)
Programa Komtü
Komtü es un programa para la mejora de la salud emocional y relacional en centros educativos. Un modelo integral que involucra a toda la comunidad educativa para ayudar a las escuelas a crear entornos positivos de acompañamiento al alumnado y tratar las necesidades de los niños con dificultades. Entre otros, damos herramientas para mejorar la comunicación, y poner en práctica y potenciar la escucha activa.
Descubre el viaje Komtü en este enlace.