¿Qué son las prácticas restaurativas y qué aportan a la educación emocional?

En los últimos años, y cada vez más, oímos hablar de las prácticas restaurativas. Pero, ¿qué son realmente estas prácticas?

En el fondo no son más que una serie de herramientas, recursos y, sobre todo, maneras de entender el conflicto (como una oportunidad) y formas de abordarlo (desde el respeto, el cuidado de las partes implicadas y desde una triple mirada de prevención, detección y actuación).

Hoy os propongo poner el foco en la mediación como práctica escolar que nos permitirá un mejor acompañamiento emocional y que, a la vez, facilita el desarrollo de habilidades, estrategias y herramientas para abordar el conflicto del alumnado que participa.

La mediación en el marco escolar

Esta es sin duda una herramienta muy interesante, tanto para gestionar conflictos presentes como para prevenir los futuros, pero también es una vía excelente para poner en juego aspectos fundamentales de la educación emocional.

Mediación escolar y educación emocional van de la mano desde el momento en el que se visualiza el conflicto como una ocasión educativa, de formación y de crecimiento personal. Ambas se retroalimentan y se fortalecen mutuamente a través de la vivencia porque, de hecho, la mediación implica poner en el tablero de juego muchas de las competencias que se potencian desde la educación emocional.

¿Qué aporta la mediación a la educación emocional?

Podríamos pensar que para hacer una mediación basta con conocer las fases y el planteamiento. No debe ser tan complicado, ¿verdad? Al final, si los dos agentes en conflicto están sentados en la misma mesa, será que ya están dispuestos a llegar a un acuerdo, ¿no? Los mediadores plantean 4 preguntas, dejamos que los mediatos se escuchen y las propuestas irán surgiendo…

Pero, esto no funciona así.

Formarse como mediador va mucho más allá de aprender una técnica. Implica formarse como persona y diría que, sobre todo, implica crecimiento emocional.

Formar parte de una mediación, como mediato, implica mucho más que exponer los propios puntos de vista. Implica levantar la mirada para ver al otro y buscar nuevas formas de comunicación y relación que nos ayuden a encontrar una solución válida para todos.

Vamos a ver algunas de las aportaciones de la mediación a la educación emocional:

 

La mediación potencia que se integren unos patrones de comunicación asertiva

El estilo comunicativo influye en el origen, desarrollo y gestión de un conflicto. Probablemente, unos mediadores con un estilo agresivo añadirían más leña al fuego, i unos mediatos pasivos difícilmente lograrían un acuerdo satisfactorio para todos.

La mediación requiere unos canales, forma y estructura de comunicación adecuados para que el proceso fluya. Este es, pues, un requisito indispensable en cualquier buen mediador, que no solo tendrá que aplicarlo en primera persona, sino que tendrá que facilitar el entorno para que todos los implicados respeten esta necesidad.

 

La mediación mejora la conciencia emocional

Las emociones forman parte del conflicto. Un buen mediador no solo no las puede ignorar, sino que tiene que aprender a abrazarlas desde la no implicación y el respeto. No es sencillo, requiere práctica.

El primer paso es saberlas identificar adecuadamente. Porque, a menudo, conjuntamente con la emoción mostrada, coexisten otras emociones no expresadas que nos ayudan a comprender el conflicto con mayor amplitud y profundidad.

En este punto, el mediador es también un facilitador en el proceso de conciencia emocional de los mediatos.

 

La mediación ejercita la empatía

La mediación requiere ponerse en el lugar del otro. Sin perder de vista las necesidades propias, hay que tener en cuenta al otro para poder llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso. Hay que ponerse en sus zapatos, comprender (no necesariamente compartir) sus emociones y motivos.

Este es sin duda un gran ejercicio de empatía sin el cual la mediación sería imposible.

 

La mediación favorece la regulación emocional de todos los implicados

El mediador vive una situación compleja a lo largo del proceso. Por un lado, tiene que animar a los mediatos a que expongan y compartan sus emociones. A la vez, tiene que gestionar sus propias emociones para que estas no interfieran en el proceso, procurando no inundarse de las emociones de los mediatos.

Los mediatos, por su parte, tienen que regular adecuadamente sus emociones para permitir que estas, estando presentes en el proceso, no lo eclipsen.

 

La mediación facilita la responsabilidad individual y la proactividad

En la mediación, el conflicto no está en el foco, sino que, en todo momento, mediador y mediatos mantienen la mirada en un objetivo común: encontrar una solución satisfactoria para todas las partes.

El mediador facilita que se pueda ver el conflicto como aquello que nos ha llevado aquí, y que los mediatos se puedan plantear: a partir de aquí y dada la adversidad, ¿qué puedo hacer para cambiarlo? ¿Qué puedo aportar?

Conclusiones

La mediación aporta mucho más que una estructura en la gestión del conflicto. Aporta un bien que en Educación Emocional es muy importante: la vivencia.

A través de esta vivencia, los agentes implicados pueden poner en juego y transferir aprendizajes y competencias que, de otra forma, podrían quedar en simples palabras. Por lo tanto, la mediación ayuda a dar forma, a regar y hacer crecer esta semilla que pone la educación emocional en cada una de las actividades realizadas.

Un artículo de:

Anna Rallo

Psicopedagoga y técnica del Programa Komtü.


Juguetes para favorecer el bienestar emocional de los niños

En esta época del año es habitual regalar juguetes a nuestros hijos o a algún niño de nuestra familia. Saber que van a recibir regalos, les genera ilusión pero también es normal que estén más nerviosos de lo habitual.

Los juguetes, además de ser divertidos, pueden ser un factor determinante para el desarrollo de los niños. Para ayudaros a que vuestros regalos puedan ser a la vez divertidos y ayudar al desarrollo de los niños, el equipo de psicólogos y terapeutas del Programa Komtü ha preparado un listado de juguetes que ayudan a favorecer el bienestar emocional de los niños.

Juguetes para favorecer el bienestar emocional de los niños


5 claves para favorecer buenas relaciones sociales

Quizás alguna vez, después de un día duro en el trabajo o de una discusión con la pareja, has pensado… ¡qué bien estaría yo solo ahora mismo en una isla desierta! Pero imagínate por un momento que el deseo se hace realidad. ¿Cuánto tiempo estarías dispuesto a estar sin tu pareja, familia, hijos, amigos o compañeros de trabajo? Quizás la respuesta sería que no mucho tiempo.

Seguramente, en alguna ocasión has escuchado la cita de Aristóteles «El hombre es un ser social por naturaleza«. Y es que ya desde la Antigua Grecia, o quizás mucho antes, se ha considerado que somos seres sociales, que la relación con los demás es fundamental para poder vivir. Y no sólo eso, sino que sabemos que nos desarrollamos, ya desde de pequeños, a partir de las relaciones que mantenemos con las personas que nos cuidan y nos rodean. Por lo tanto, poder establecer y mantener unas buenas relaciones con los demás, ya sea en la familia o con los compañeros de trabajo, nos aportará tranquilidad, bienestar y calidad de vida. Pero, ¿Qué podemos hacer para fomentar estas buenas relaciones y evitar los conflictos?

5 claves para establecer buenas relaciones con los demás

  1. Las emociones tienen mucho que ver con las relaciones que establecemos con los demás. A menudo, son estas las que nos empujan a movernos, a actuar de una determinada manera y no de otra. Las personas somos sensibles a los cambios emocionales que se producen en nosotros mismos y en las personas que nos rodean . Por lo tanto, una buena observación, reconocimiento y expresión de estas emociones nos podrá ser de mucha utilidad para comprendernos y comprender al otro.
  2. La comunicación. Qué quiero comunicar, de qué manera quiero hacerlo, dónde lo haré, en qué momento, a quién quiero hacer saber algo… Pensar previamente en estas cuestiones antes de comunicarnos es muy importante para poder establecer buenas relaciones con los demás. Pero no sólo eso, sino que es necesario saber que es tan importante nuestro lenguaje verbal como el no verbal. Lo que comunicamos a los demás a partir de nuestros gestos, miradas, movimientos, tono de voz, etc. tiene un impacto y un peso tan o más importante que las palabras que utilizamos.
  3. La escucha. Tan importante es hablar como saber escuchar. A veces hay que practicar ponernos en “modo avión” con los demás. Cuando estamos con nuestra pareja, con nuestros hijos o un buen amigo, y nos está explicando algún hecho importante, es necesario poner toda nuestra presencia y escuchar activamente lo que nos está compartiendo, dando un espacio de calidad en la relación. El “modo avión” de nuestro aparato móvil detiene la transmisión y recepción de datos, y para nosotros sería dejar por un momento de lado lo que muchas veces nos desconecta, como es la carga de trabajo, la discusión que he tenido esta mañana o los quebraderos de cabeza, y conectarnos de manera singular con la persona con la que nos estamos relacionando.
  4. Las suposiciones. Si alguna intención o algo que no sabemos del otro nos genera cierta inquietud, angustia o malestar, podemos hacer dos cosas: hacer suposiciones y arriesgarnos a malentendidos o preguntar por lo que desconocemos para aclarar y evitar de esta manera las suposiciones. Poder establecer una relación con los demás basada en la confianza y transparencia nos ayudará a crear vínculos más positivos, nos ayudará a evitar malentendidos y, al fin y al cabo, nos ayudará a estar mejor con los otros.
  5. Las acciones.  No siempre todo lo que recibimos de las otras personas nos gusta. Es importante poder hacer saber lo que nos gustaría o que deseamos del otro, y también poder expresar lo que nos genera malestar. Sin embargo, a la hora de comunicarlo es importante poder diferenciar la acción concreta de la persona. Y es que no es lo mismo decir «no me ha gustado cómo me has hablado» que decir «eres un maleducado/a«. Si debemos ser críticos, es importante hacerlo respecto a las acciones y no respecto a la persona.

Un artículo de:

Joan Ronzano

Psicólogo y educador social. Técnico del Programa Komtü.


La emoción de la música. Beneficios sobre la salud física y emocional.

Todo el mundo sabe que la música desencadena reacciones que nos pueden llevar a modular nuestro estado de ánimo. ¿Quién no ha movido el cuerpo al ritmo de rock o bachata, o no se ha dejado acunar por la cadencia de un solo de piano o violonchelo? ¿Verdad que tenemos muy claro cuáles son las canciones de la banda sonora de nuestra vida, y sólo rememorarlas ya se nos pone una sonrisa de oreja a oreja?

Tal es la fuerza de la música que sólo necesita un par de compases para que el cerebro viaje por nuestros recuerdos autobiográficos: aquella canción nos recuerda a una persona en particular, o una época determinada de nuestra vida, generándonos automática y inevitablemente un torrente de recuerdos asociados a emociones como la alegría, tristeza, melancolía...

Pero además, la neurociencia, a través de varios estudios, ha demostrado que la música activa un lenguaje emocional (interno y social) más eficaz que las palabras. Escuchar música relajante o interpretarla libera endorfinas, las conocidas como las hormonas del placer, regula nuestra respiración, ritmo cardíaco y pulso, generando un estado similar al de los ejercicios de respiración del yoga.

LA MÚSICA PRODUCE BENEFICIOS SOBRE LA SALUD

Escuchar o interpretar música en compañía, aparte de la experiencia colectiva del arte y la belleza, produce unos beneficios asombrosos sobre la salud física y mental. Éste es uno de los motivos por los que cada vez más psicólogos recomendamos a los pacientes la práctica musical, en especial el canto coral. Al cantar varias voces una misma melodía, se ha confirmado que influye positivamente en la bioquímica de nuestro cerebro y, a través de éste, como órgano rector del cuerpo, influye en el bienestar general. Se sincronizan los latidos de los corazones de las personas que cantan, llegando a latir al unísono, fortalece los lazos sociales y afectivos, aumenta la empatía, la tolerancia y la diversión necesarias para la convivencia en armonía.

TRABAJAMOS LA MÚSICA Y LAS EMOCIONES CON LOS NIÑOS

Desde esta premisa, el programa Komtü y el Liceu unieron sinergias con las fortalezas de cada proyecto, las emociones y la música, poniendo en marcha un proyecto colaborativo que tiene como principal objetivo generar acciones para acompañar emocionalmente a los niños a través de la experiencia compartida de la música.

Éste es el segundo curso en el que niños y mayores podemos disfrutar de esta experiencia de aprendizaje transversal. Las escuelas Komtü de segundo año (CEIP Marinada, CEIP Edumar y CEIP Mestre Morera) en colaboración con profesionales del Gran Teatro del Liceu, llevan a cabo acciones en el aula, en tutoría y en el espacio de música de cada centro educativo, poniendo en conexión las músicas que escuchan con las emociones que experimentan individual y colectivamente. Todo este trabajo llegará a su punto álgido con el concierto en el Liceo de La Cocina de Rossini para primaria y La Barcarola para educación infantil.

Los resultados esperados de este proyecto en los niños son múltiples, y van desde una mejora en la expresión de las emociones, atención y memoria, a un incremento de las habilidades sociales y la cohesión del aula, y todo esto , en un ambiente de creatividad, disfrute y bienestar.

RECOMENDACIÓN PARA FAMILIAS 

Y para finalizar, una recomendación. Vivimos y hacemos vivir la música con nuestros hijos e hijas, escuchamos canciones en casa, en el coche, donde sea. Relajémonos, cantemos, bailemos, vibremos juntos. Estos ratos compartidos con intensidad y alegría con nuestros hijos entrarán a formar parte de la banda sonora de sus vidas. Y como legado familiar, ¡esto no tiene precio!

 

Un artículo de:

Irene de Luis

Psicóloga y terapeuta familiar. Técnica del Programa Komtü.


Aprender a gestionar las emociones con escape rooms educativos

Desde el Programa Komtü ayudamos a los centros de educación infantil y primaria a mejorar el bienestar emocional y relaciones de sus alumnos. Trabajamos mayoritariamente con los adultos, tanto profesionales de la escuela como familias.

Durante este mes de noviembre, desde el programa Komtü estamos implementando distintos Escape Room para mejorar la gestión de las emociones y el trabajo en equipo. Estas actividades las estamos realizando con la colaboración del equipo de Escape Room Escoles.


¿Qué es un Escape Room?

Un escape room, o juego de escape, es una actividad grupal que consiste en superar diferentes pruebas o enigmas en un tiempo determinado, para conseguir salir de una habitación o resolver un problema.

Los escape rooms educativos permiten mejorar el aprendizaje de los niños a través de una experiencia de ocio. Por ejemplo, el trabajo en equipo, la gestión de las emociones, la resolución de conflictos, entre otros.

Trabajar las emociones a través de un Escape Room

Hemos realizado diferentes escape rooms donde se plantea a los alumnos un reto que deben resolver trabajando en pequeños grupos de forma colaborativa. Los más pequeños deben conseguir las páginas de un libro que se han perdido resolviendo diferentes enigmas. En cambio, los mayores deben conseguir diferentes pociones para crear un antídoto que permita que los habitantes de un país lejano recuperen sus emociones.

Antes de que los niños pasen a la acción, generamos un espacio de diálogo y conversación en torno a las emociones básicas adaptado a la edad de los participantes. Les lanzamos algunas preguntas sobre cómo entienden las emociones, cómo las expresan, qué recursos tienen para gestionarlas...

La experiencia y respuesta de los niños está resultando muy positiva. A través de esta actividad los niños se divierten y aprenden, reflexionando, expresando y gestionando sus emociones, a la vez que ponen en juego competencias y valores como son el trabajo en equipo, el diálogo o la escucha activa.


Cuentos para hablar del duelo y la muerte con los niños

El día de Todos los Santos es un momento en el que recordamos en familia a personas queridas que ya no están. ¿Cómo hablar sobre el duelo y la muerte con los más pequeños? El equipo Komtü hemos elaborado un recopilatorio de cuentos con mensajes que nos pueden ayudar a tener cuidado del bienestar emocional de los más pequeños en el momento de abordar temas como la muerte, el dolor por el vacío o los recuerdos que nos entristecen.

Os hemos dejado los enlaces a los títulos de los cuentos. ¡Seguro que los podéis encontrar en la biblioteca o la librería más próxima!


Acompañar procesos de duelo: entre la contención y la prevención

Generalmente cuando pensamos en duelo lo asociamos a la muerte pero, en realidad, el duelo es un proceso de adaptación a una pérdida que podemos vivir en muchas situaciones distintas: por la pérdida de algo físico (la muerte de un ser querido , la pérdida de nuestra casa después de una catástrofe, la pérdida de un juguete especial…), pero también podemos sentir pérdida en muchas otras situaciones como, por ejemplo, la pérdida del arraigo (ante movimientos migratorios por ejemplo), de la seguridad (la separación de los padres, el momento de dejar el pañal o el chupete, por ejemplo) o incluso de determinadas rutinas, entre otros casos.

El duelo incluso puede darse ante algo que ansiabas y finalmente no podrás tener (por ejemplo, no poder tener hijos).

 

No hay un proceso normal y cerrado para el duelo

El proceso de duelo puede ser diferente de unas personas a otras, por muchas variables. Por ejemplo, en el caso de duelo ante una muerte, podríamos tener en cuenta variables como la edad de quien hace el proceso de duelo, la proximidad que teníamos con la persona fallecida, cómo se vive la muerte y la pérdida en nuestro entorno, si nuestro entorno propicia o no la expresión, si se trata de una muerte súbita o esperada, si ha habido sufrimiento, si ha visto el cuerpo y no quería verlo o si no lo ha visto y quería verlo…

¿Cómo acompañar el proceso de duelo desde las escuelas?

En la respuesta a esta pregunta está la clave de todo. Ante todo, deberíamos pararnos a pensar el marco de este acompañamiento. Hoy proponemos poner en juego dos variables.

  • Recuerda que, cuando hablamos de luto, generalmente nos vendrán a la cabeza ideas relacionadas con cómo trabajar el luto ante la muerte, e incluso es posible que lo concretemos cuándo la pérdida ya ha tenido lugar o cuando sabemos que tendrá lugar (por ejemplo , en caso de enfermedades terminales). Éste, a pesar de ser el primero que nos viene a la cabeza, es tan sólo uno de los posibles escenarios. Ahora bien, el duelo es un proceso que se puede vivir ante muchas situaciones diferentes, es necesario que también los tengamos presentes y tratemos con cuidado todas estas otras situaciones.
    • El proceso de duelo puede darse ante cualquier pérdida.
  • Por otro lado, debemos tener presente que acompañar el proceso de duelo implicará trabajarlo desde la aceptación máxima de estos procesos: normalizando la muerte como un punto del proceso de vida, la pérdida y todas sus consecuencias. Habrá que pensar, pues, en este sentido, cómo integramos el trabajo del duelo, la pérdida y el cambio al día a día. Y en ese punto es donde justamente radica la clave del trabajo de los procesos de duelo.
    • Acompañar al proceso de duelo también implica generar dinámicas relacionales y comunicativas saludables, proveer de recursos y facilitar entornos favorecedores que faciliten integrar las pérdidas.

De esta forma, podemos establecer dos líneas de trabajo:

  • Determinar objetivos, acciones, dinámicas y recursos a tener en cuenta cuando se vive la pérdida y que tendrán que facilitar un proceso de duelo saludable.
  • Acciones de “provención” (prevención + proveer), destinadas a generar recursos, establecer dinámicas y entornos que permitan vivir el duelo en su profundidad (sin negarlo ni evitarlo), hacerlo de la mejor forma posible y que faciliten la vuelta al bienestar después de realizar el proceso de duelo.

En resumen, cuando hablamos de acompañar el duelo, es necesario comprender la importancia de complementar el acompañamiento en momentos de necesidad con el trabajo “proventivo”. Con esta doble mirada hacia el duelo damos respuesta a las necesidades del niño y, al mismo tiempo, facilitamos el desarrollo de sus propias habilidades de dar respuesta.

Así pues, desde aquél que sea tu rol, podrías plantearte: ¿Cuál es el marco desde el que quiero acompañar el duelo?

 

Un articulo de:

Anna Rallo
Psicopedagoga. Técnica del Programa Komtü.


10 consejos para la gestión de conflictos

¡¡Mama!! ¡¡Papa!! ¡¡No quiero marcharme!! ¡¡Un ratito más!! ¡¡Por favor!!

¿Cuántas veces nos ha pasado una situación como ésta o similar con nuestros hijos e hijas? ¡Seguro que en más de una ocasión!

Momentos del día a día como este suponen unos retos que necesitan gestionarse de la mejor manera posible. Aquí os dejamos 10 tips para la gestión de un conflicto:

Consejos para la gestión de conflictos con nuestros hijos e hijas
  1. En primer lugar hay que aceptar que la situación está pasando. Si bien podemos mirar hacia otro lado o intentar evitarla, cuando se da una situación de conflicto es necesario que la miremos de frente y nos pongamos manos a la obra!
  2. El conflicto requiere una gestión de nuestras emociones y las de los demás. Estas situaciones se deben vivir como oportunidades para crecer, para aprender unos con otros y poder dar unas herramientas importantes a nuestros hijos e hijas.
  3. De acuerdo, está sucediendo… pero y ahora que hago!!! Necesito una solución… Del mismo modo que cuando un niño/a con pocos meses cuando llora nos está diciendo que posiblemente tiene sueño o hambre, cuando un niño/a de más edad nos pide quedarse un rato más en el parque, también nos está comunicando que tiene una necesidad. En este caso, de explorar o de poner a prueba sus habilidades todavía tempranas de movimiento. Por lo tanto, debemos pensar que los niños tienen a menudo unas necesidades diferentes de las nuestras y hay que poderlas reconocer y que irán cambiando a medida que vayan creciendo.
  4. Seguridad. Cuando se nos presenta un conflicto y lo tenemos que gestionar, debemos mostrar seguros. Debemos recordar siempre que nuestros niños aprenden constantemente de los adultos, y la actitud que tengamos ante las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos es básico. Si transmitimos sin querer inseguridad, esto no ayudará a crecer a los niños/as. Debemos ser amables, sin enfadarnos, pero firmes y seguros desde el respeto.
  5. Esta seguridad también se acompaña de nuestra comunicación no verbal. La firmeza debe ser expresada con un tono de voz adecuado, sin gritos, con actitud de amor incondicional. Y ante una conducta inadecuada, hay que recordar que hemos de poder cuestionar y desaprobar si es necesario la conducta mostrada pero nunca a la persona.
  6. Entiendo que tienes ganas de jugar un rato más, pero en 5 minutos tendremos que marcharnos porque tenemos que ducharnos y cenar. Cuando gestionamos un conflicto, a veces, y según el momento evolutivo del niño, tendremos que dar respuesta a la situación a la vez que explicamos el motivo por el que tendremos que marchar, teniendo presentes las necesidades del niño/a con los límites de los adultos. Las explicaciones deberán ser claras y concretas.
  7. A medida que nuestros hijos se van haciendo mayores, podemos llegar a unos pactos y acordar una solución a la situación. Daremos la palabra al niño/a para ver cómo podemos resolver la situación. De esta manera, los hacemos partícipes y generamos un mayor compromiso para llevar a cabo la resolución, a la vez que interiorizan como propia una manera de relacionarse con los demás.
  8. Pero no todo es mágico… Seguramente, los primeros días pasados ​​los 5 minutos o una vez llegados a un acuerdo, el niño/a hará nuevamente una pataleta porque no querrá marcharse. Paciencia padres y madres, el niño/a debe ir integrando poco a poco como manejar estas situaciones y necesitan tiempo. Respetar el ritmo y el tiempo de cada uno para ir aprendiendo e integrante que lo es bueno para él / ella ayuda a crecer a nuestros hijos/as.
  9. Debemos interiorizar que los niños/as tienen derecho a enfadarse, a protestar, a hacer rabietas. Tendremos que validar las emociones vividas en el niño ante un conflicto, porque las ha sentido así y eso ya no puede cambiar. Seguro que nos gustaría que saliera del parque al cabo de 5 minutos contento y feliz, pero quizás el niño se sentirá frustrado y le debemos permitir y validar esta emoción.
  10. Y por último, y no por ello menos importante, en todo este proceso debemos saber gestionar nuestras propias emociones. Todos y todas a veces hemos tenido un mal día y hemos podido hacer un grito o ser más duros de lo necesario. Para poder gestionar positivamente una situación de conflicto debemos dejar de lado estas emociones que a veces nos atrapan, dejarlas en un rincón y estar en sintonía para nuestros hijos/as.


Ideas y recursos para disfrutar del verano con los niños

Ahora que ha llegado el verano tenemos mucho tiempo para compartir con los más pequeños de la casa. Desde el Programa Komtü queremos daros algunas ideas y recursos para disfrutar de estos ratos con los más pequeños.

 

8 recursos con ideas para compartir tiempo con los niños:

  1. Jugar a un juego de mesa. Para poner en marcha nuestro ingenio y divertirte juntos. Si deseas inspirarte, tienes una recopilación en este enlace.
  2. Descubrir nuevas lecturas. Siempre puedes realizar una visita a la Biblioteca Municipal o de tu barrio y explorar conjuntamente nuevas lecturas que motiven y despierten el interés de tus hijos. Si deseas recomendaciones puedes consultar la página web de LECXIT. También encontrarás materiales para acompañar en la lectura a tus hijos en este enlace.
  3. Hacer manualidades. Las posibilidades son muchas: puedes utilizar materiales que tengas por casa (por ejemplo, confeccionar un collage con imágenes de revistas), hacer figuras de barro, entrenar con la papiroflexia… Aquí os dejamos una página donde encontraréis muchas propuestas: enlace.
  4. Cocinar en casa. Ahora hay mucha fruta de temporada que seguro te permitirá potenciar sus habilidades culinarias y disfrutar, por ejemplo, de un postre saludable. ¿Quiere alguna receta inspiradora? Encontraréis muchas en este enlace.
  5. Disfrutar de la naturaleza. En nuestro alrededor encontramos lugares para poder realizar excursiones y conectar con la naturaleza. Encontrarás 10 rutas para hacer con niños y niñas en este enlace.
  6. Participar en un proyecto científico ¿Te gustaría colaborar en algún proyecto de Ciencia Ciudadana? Encontrarás 7 proyectos a los que te puedes sumar aquí.
  7. Relajarse. Ahora que tenemos tiempo también es muy recomendable destinar momentos a la calma y la relajación de nuestro cuerpo y de nuestra mente: meditar, hacer yoga, pintar mandalas… Aquí os dejamos algunos documentos con información que os puede ayudar con este tipo de actividades: Enseñar técnicas de relajación a tus hijosActividades de relajación.
  8. Escuchar música. Siempre es un buen momento para compartir canciones y músicas especiales. Las que os gustan a los mayores, las que le gustan a tus hijos, algún grupo que os hayan recomendado, de otros lugares del mundo… Puede confeccionar tu playlist veraniega y, si os atrevéis, hacer un karaoke o una coreografía! Os compartimos una playlist con las mejores canciones del grupo Xiula:


¿Qué aporta la ayuda entre iguales a los niños?

Este curso en pandemia ha sido todo un reto. Desde las escuelas, el inicio fue incierto, con dudas, temores… pero esto no fue en detrimento de la ilusión, los esfuerzos y la energía para la apertura de los centros garantizando las condiciones de seguridad así como sus funciones esenciales. Ahora que ya estamos en la recta final, podemos mirar atrás y afirmar que ha sido todo un éxito. Y es que, a pesar del confinamiento de grupos puntuales y muchos cambios que, evidentemente nos han afectado a grandes y pequeños, las escuelas han sido modélicas en su capacidad de adaptación y de dar respuesta a la situación actual.

A pesar de esta lectura positiva, lo cierto es que este curso hemos tenido que renunciar a algunas de nuestras prácticas habituales incorporando algunas modificaciones bastante artificiales: las mascarillas, los grupos estables, la distancia física, la reducción o inexistencia de salidas al entorno o la imposibilidad de implementar algunos proyectos característicos, son algunos ejemplos. Y es sobre una de esas propuestas, que debido a la organización en grupos estables no hemos podido implementar, a la que dedicaremos este artículo: la ayuda entre iguales.

¿Qué es la ayuda entre iguales?

La ayuda entre iguales es una práctica de aprendizaje servicio que impulsa la creación de vínculos entre personas que comparten un mismo estatus pero que a la vez presentan una diferencia que permite a una de ellas asumir un rol educativo intencional respecto al otro. Un recurso muy empleado por los educadores y educadoras y con una amplia gama de experiencias en nuestro territorio.

Los programas de padrinos / as de lectura, las asociaciones deportivas gestionadas por el propio alumnado, las experiencias de colaboración entre alumnos de diferentes cursos, los proyectos como el de los alumnos guía o los de mediación y resolución de conflictos entre iguales, son algunos ejemplos de cómo se concretan este tipo de prácticas en los centros educativos.

 

¿Qué aporta la ayuda entre iguales a los/as alumnos/as?

La ayuda entre iguales es una propuesta sencilla que genera un contexto de aprendizaje muy positivo para los niños que participan. El alumnado que facilita su ayuda y apoyo, consolida los conocimientos mediante la experiencia. El dominio sobre el que se quiere transmitir resulta esencial y no hay mejor manera de aprender que enseñando. Además, hace algo con y por otro, aumentando su autoestima, la satisfacción personal, la motivación, la responsabilidad y el compromiso hacia la actividad. Sin olvidar en este punto, como resulta de necesario e imprescindible el acompañamiento y el apoyo por parte de los educadores y educadoras.

Los alumnos que reciben la ayuda, obtienen una atención individualizada y apoyo de la mano de un referente cercano. Disminuye su miedo a equivocarse y ganan seguridad, lo que facilita enormemente el propio progreso y la superación de los retos que se les puedan plantear.

Crecer en relación a iguales

Lo esencial en la ayuda entre iguales es que el alumnado, trabajando conjuntamente, pone en práctica un dinamismo básico de humanización: el reconocimiento mutuo entre personas. La proximidad existente entre los niños favorece la creación de una relación caracterizada por la confianza, la complicidad y el afecto.

Así, los alumnos que participan trabajan juntos para alcanzar un objetivo educativo preciso, a la vez que se conocen y construyen un vínculo y una relación de amistad. Y es precisamente con la apertura de este canal del afecto y de las emociones, que el aprendizaje se ve potenciado.

Con todo lo explicado vemos cómo, mediante la ayuda entre iguales, los niños son capaces de construir relaciones interpersonales y vínculos afectivos. Un aprendizaje básico para el crecimiento personal, social y, en definitiva, para la vida.

Y es precisamente por ello, que consideramos, que a medida que todo vaya pasando y cuando se pueda, resultará más necesario que nunca potenciar este tipo de prácticas en las escuelas. Dado este tiempo de distanciamiento y limitaciones en las relaciones entre compañeros y todo lo que ha comportado.

Un artículo de:

Maribel de la Cerda
Project Manager del Programa Komtü

Para más información sobre aprendizaje servicio y prácticas de ayuda entre iguales podéis consultar: www.aprenentatgeservei.cat

 

Bibliografia