Son muchas las escuelas que, entre otras propuestas educativas, destinan un espacio semanal al apadrinamiento entre alumnos de diferentes cursos del centro. El apadrinamiento escolar se puede describir como una actividad cooperativa que se realiza en parejas formadas por alumnos de un curso de más edad que hacen de padrinos a los alumnos de unos cursos más pequeños, que se acostumbran a denominar ahijados. El hecho de ser padrino, por ejemplo de lectura, representa que el alumno de más edad adquiere el compromiso principal de velar por el aprendizaje, en este caso lector, de su ahijado. Por lo tanto, lo ayudaría y lo acompañaría, siempre bajo la supervisión del docente, en el proceso de aprender a leer, a la vez que miraría de encomendarle el gusto por la lectura animándolo a escoger sus lecturas preferidas, por ejemplo. El hecho que se trate de un igual de la escuela algo más mayor quién hace este acompañamiento hace que la propuesta adquiera unos rasgos diferenciales, tanto para los más mayores como para los más pequeños del centro.

Como ya podéis imaginar, los beneficios de esta actividad son muchos, puesto que además de los aprendizajes de carácter más puramente académicos como el logro de la lectura, siguiendo el ejemplo, hay una serie de competencias socioemocionales que también se trabajan con esta propuesta. Y en estos beneficios socioemocionales es donde nos pararemos y los describiremos a continuación.

En primer lugar, es evidente que uno de sus beneficios es la mejora de la competencia comunicativa tanto de ahijados como de padrinos, y especialmente la comunicación asertiva entre el alumnado de diferentes etapas del centro. Entendemos por comunicación asertiva aquella que requiere una escucha activa entre las personas, en este caso entre los alumnos de diferentes edades, puesto que el acuerdo, los diferentes gustos e intereses y el ritmo que necesita cada cual tendrá que ser comunicado de manera respetuosa, favoreciendo de este modo también la empatía entre compañeros y compañeras. El hecho de poderse “poner” en los zapatos de los otros, entender que quizás no a todo el mundo nos gustan las mismas cosas o tenemos intereses diferentes, o incluso que el ritmo de aprendizaje y los procesos mentales pueden ser diferentes en cada uno de nosotros (aquí también influye la etapa de desarrollo en que se encuentra cada niño), es un aprendizaje significativo que podemos favorecer a través de esta propuesta.

Con esta iniciativa también se pueden observar a medio y largo plazo mejoras en el aumento de la responsabilidad personal, la ayuda y la cooperación más allá del aula. El apadrinamiento requiere el desarrollo de una serie de competencias que después se podrán transferir a otros ámbitos de la vida. Los niños y jóvenes quizás tendrán que escuchar ideas y opiniones diferentes de las suyas; habrá que cooperar para lograr el objetivo común propuesto se tendrán que ayudar y necesitarán en muchas ocasiones comprender al otro si quieren establecer una relación de aprendizaje y crecimiento compartido.

Por otro lado, el apadrinamiento entre el alumnado requerirá en muchas ocasiones resolver pequeños conflictos y dificultades de forma positiva. Para hacerlo, habrá que trabajar con el alumnado la capacidad de reconocer las propias emociones y sentimientos, identificarlas, regularlas y expresarlas al otro, ya sea al mismo padrino/ahijado o a los maestros encargados del acompañamiento en este espacio. Por lo tanto, a menudo habrá que poner en marcha muchas de las habilidades socioemocionales que nos permiten establecer unas relaciones saludables con nosotros mismos y con los otros, como el respeto, la confianza o la tolerancia.

Cómo hemos visto, son muchas las capacidades que podemos trabajar a partir de esta propuesta educativa. Es evidente que en la hora de ponerla en marcha en la escuela habrá detrás unos objetivos y unas competencias determinadas que queremos que los alumnos adquieran y desarrollen. Pero habrá otras que quizás en un primer momento no nos planteamos en nuestra planificación como profesionales que después observamos y detectamos como beneficios, podríamos decir, inesperados: a consecuencia de todo este trabajo mejora la convivencia en el centro, puesto que se generan unas relaciones singulares entre padrinos y ahijados que facilitan la prevención de conflictos en el centro al generarse y propiciarse un sentimiento de pertenencia y comunidad. De forma casi espontánea, observamos el agradecimiento entre el alumnado de los momentos compartidos a lo largo de las sesiones; el cuidado y el aprecio más sincero entre los más mayores y los más pequeños de la escuela; la importancia del ejemplo, referencia e inspiración que podemos dar a los otros y el desarrollo del sentimiento de pertenencia, puesto que todos y todas formamos parte de la comunidad escolar.

Y esto no es todo. Como ya hemos apuntado antes, a veces obtenemos beneficios inesperados de esta u otras prácticas que impulsamos en la escuela, y no solo en el alumnado. En este caso, resulta evidente que los maestros de diferentes cursos (a menudo profesionales de diferentes etapas que no suelen coincidir más allá de momentos puntuales a lo largo del curso) tendrán que coordinarse y compartir durante un rato un espacio educativo. Por lo tanto, con esta práctica planificada también podemos favorecer la relación y aprendizaje de los diferentes profesionales de la escuela. Incluso, si lo estructuramos debidamente, podemos propiciar feedback entre compañeros y compañeras de profesión que ayude a reflexionar y enriquezca nuestra praxis educativa.

Referencias
Azorín, C. M. (2017). El apadrinamiento lector entre estudiantes. Una estrategia favorecedora de la inclusión en la escuela. Ocnos. Revista De Estudios Sobre Lectura, 16(2), 27–36. https://doi.org/10.18239/ocnos_2017.16.2.1402

Sanahuja- Ribés, A. (2023). Estudio de caso sobre la estrategia del apadrinamiento lector: Fomentando una educación inclusiva . Ocnos. Revista De Estudios Sobre Lectura, 22(2). https://doi.org/10.18239/ocnos_2023.22.2.342

Alvarez-Rementeria,M ; Darretxe,L ; Arotegui-Barandica,I. (2022). El apadrinamiento lector como estrategia inclusiva en la escuela: fundamentos y claves para la implementación. Revista MAMAKUNA, 18, 78-89. https://revistas.unae.edu.ec/index.php/mamakuna/article/view/649/582

 

Un artículo de:

Joan Ronzano

Psicólogo, educador social y técnico del Programa Komtü.